Benalidad Del Mal En aquella primavera de 1961 en Israel, con Eichmann sentado ante el juez, estaba Hannah Arendt, siguiendo el proceso como corresponsal de la revista estadounidense The New Yorker. Y allí surgió su banalidad del mal, imprescindible en la historia del pensamiento, en su relato sobre el juicio y la personalidad del acusado que luego acabaría adoptando forma de libro: Eichmann desde Jerusalén, al que puso el subtítulo de Sobre la banalidad del mal. Banalidad del mal significa que el mal no tiene un valor absoluto. Que podemos encontrarlo en cualquier parte. Que se puede convertir en una rutina. Que cualquiera puede ser Eichmann. Cualquier funcionario, cualquier empleado de la Administración Pública bajo condiciones especiales puede ser un criminal de guerra. Como muy bien indica la película Hannah Arendt de Margarethe von Trotta de 2012, el Mal no puede ser radical y absoluto, de lo contrario, el mal reinaría. Sólo el Bien puede ser consciente y ra...
Comentarios
Publicar un comentario